Desde
que sigo por encima, muy por encima, las atribuciones en los Presupuestos del
Estado siempre me encuentro que todos los años termina circulando el mismo bulo
sobre los presupuestos de Sanidad, ya sea para destacar lo que han bajado o para
compararlos con otras partidas, en un ejercicio de gilipollez estéril
reiterante que me toca sufrir cada 365 días, más o menos como el discurso del
Rey. Quienes se lo creen de entrada no son culpables, no más que todos nosotros
cuando no contrastamos una noticia, pero todo aquél que difunde información
como la que veo estos días, que se desmonta en tres segundos en Google, habría
que untar su piel en miel para que una cabra se la lamiese hasta llegar al hueso.
El
artículo de hoy tendrá poca chicha, porque un primate entrenado podría
desmontar el argumento, pero va mi salud mental en ello, ya que no sé cuánta
vergüenza ajena más podré aguantar. Que esto sería genial si mis artículos
fueran visitados más allá de mi madre (y esto es otra mentira; ojala mi madre
leyera mis artículos…) pero al menos pensaré que he contribuido un poco.
La
falacia, en resumida imagen, viene a ser ésta:
¡Rojos
del mundo! ¡Uníos! ¡Prácticamente el presupuesto destinado a Defensa es igual
al destinado a Sanidad y Educación juntos. Nuestro Gobierno gasta
considerablemente más en balas que en medicamentos y dios cómo os mataba a todos a porrazos.
Este concepto también se puede explotar de otras maneras, como clamando porque el presupuesto de Sanidad baja un 3% siendo el mayor descenso de los Ministerios; al grito de “mirad, se recorta en Sanidad y no
en armas”. Y digo yo, ¿con las increíbles y prácticamente inabarcables cagadas
que hace nuestro Gobierno, con todas las excusas verídicas y creíbles para
quemar a un político en la plaza del pueblo cada día 15, por qué es necesario
inventarse una mentira tan pueril?
La
argumentación en contra de estos datos es sencilla: estamos hablando de los Presupuestos del Estado y la Sanidad y la Educación están transferidas a las
Comunidades Autónomas, mientras que Defensa es una competencia central. Por
tanto, el gasto de los presupuestos generales del estado en esas materias
refleja tareas en general puramente administrativas y no el gasto real que se
hace en España, que es considerablemente mayor.
Para más gracias los departamentos de Sanidad y Educación del Gobierno Central son los más inútiles que puedes encontrar, ya que reproducen muchas
competencias y actividades que ya se realizan en las Comunidades Autónomas,
creando duplicidades odiosas de esas que hacen llorar a los economistas
keynesianos. ¿No es paradójico? Visto desde el prisma de quien difunde estas
noticias recortar en esos departamentos es malo, siendo en realidad todo lo
contrario, ya que suponen un ahorro claro y útil en un lugar que no produce
nada a la sociedad.
Esto es, como siempre, el todo vale contra los del pueblo de al lado, que
todo el mundo sabe que son unos hijos de puta, pero que de vez en cuando hay
que intentar parar. Así que ya sabéis, cuando alguien os muestre datos de
cuánto gasta el Gobierno Central en alguna materia caliente, preguntaos primero
si quien la proporciona es el Estado o las Comunidades Autónomas. Y el año que
viene al primero que diga que, yo que sé, que en los presupuestos se asigna más
para tanques que para hospitales le partís la cabeza con un ladrillo.
Monsieur antes le tupé.
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