miércoles, 19 de febrero de 2014

El desastre de Ceuta. Un poco más de odio hacia las Fuerzas de Seguridad del Estado

Por Monsieur le Tupé.


Hace dos semanas ya que nos llegó la primera noticia de que un grupo de inmigrantes se había ahogado intentando rodear a través del mar la valla fronteriza que separa Marruecos de Ceuta. Esto pasa mucho y pasa siempre. No vayamos ahora de santos, que mientras un servidor escribe calentito y seguro en la biblioteca de su facultad, rodeado por todas partes del Estado de Bienestar que aún no se han logrado cargar, habrá nuevos inmigrantes que estén preparados para jugarse la vida por entrar en un país donde creen que las calles están pavimentadas de oro y mana whisky de las fuentes. ¿Suena cruel? Más cruel es saber que restringir la inmigración es necesario. Pero hay límites, tiene que haberlos, límites pequeñitos, hipócritas e insignificantes, pero que aguanten para que podamos decir que: "hey, somos cabrones, pero no tanto".

Los inmigrantes murieron delante de una patrulla de la Guardia Civil. En el mejor de los casos no fueron socorridos, en el peor su muerte fue en gran parte por la actuación de nuestros policías. Joder, ¿queréis un límite? Ahí tenéis uno. Pasado éste ya no somos todos más que unos hijos de puta del primer mundo. Unos hijos de puta con una policía impune hacia cualquier crimen.

Porque ya veréis cómo se libran. No necesitan mucho para tenernos tranquilos, solo darles patadas a la realidad hasta que nos falle la memoria.
  • Primera versión oficial: “Han sido repelidas 400 personas de la frontera. Las fuerzas de seguridad española no han tenido que actuar (los guardias españoles no tuvieron ningún contacto con los inmigrantes y han conocido los detalles de lo ocurrido a través del gobierno de Marruecos). Las personas se han ahogado sin que hubiera episodios de violencia.
     
  • Segunda versión oficial: “Se han podido usar armas de fogueo y los inmigrantes han realizado actos violentos”.
  • Tercera versión oficial: “Las fuerzas españolas intervinieron: la Guardia Civil usó material antidisturbios contra los inmigrantes, pero solo en el primer intento por tierra. No hubo actuación española en la valla, en el agua ni en la playa”.
  • Cuarta versión oficial: “En la zona de la tragedia no hay cámaras y por lo tanto no se pueden consultar las imágenes de lo sucedido”.
  • Quinta versión oficial: “Hay cámaras por toda la zona, pero todavía no se han visto las imágenes”. 
  • Sexta versión oficial: “La Guardia Civil cogió a inmigrantes que salían del agua en Ceuta y los devolvía al otro lado. Los esperaban en la playa para echarlos al otro lado de la valla”.

Y ya está. Simple. ¿Quién se acuerda ya? ¿Quién se acordará de las siguientes versiones? ¿Y la que se dé ante el Juez si es que se llega a dar alguna? A día de hoy se sabe que la Guardia Civil usó equipos antidisturbios desde un barco, disparo de pelotas de goma incluido. Esto de entrada nos lleva a cuestionarnos con qué ligereza se usa ese tipo de material en España: radicales, etarras, violentos, inmigrantes ilegales, manifestantes agresivos… ¿miembros de una protesta pacífica? Se trata de ir quemando etapas hasta que cuando nos afecte a nosotros directamente ya sea demasiado tarde.

¡Pero olvidemos el debate sobre si es un medio adecuado o no! Aceptemos lo que sea, permitamos el pulpo como animal de compañía. Recordemos entonces que está establecido que deberán realizarse los disparos a una distancia mínima de 50 metros, buscando que el proyectil rebote primero contra el suelo. La última versión que tenemos por parte del Gobierno es que los agentes dejaron de disparar al agua cuando los inmigrantes estaban a 25 metros. 

Pero una vez más, en un ejercicio de anestésica obediencia al sistema, vamos a creer que ni siquiera hubo pelotas de goma. Que las primeras versiones son ciertas. Todavía nos queda el hecho de que la Guardia Civil no auxilió a las personas que se ahogaban ni avisó a Salvamento o a la Cruz Roja. Nuestros agentes no pueden entrar en aguas marroquíes, han dicho. Si nos vamos al Derecho del Mar encontraremos que existe una obligación jurídica internacional del Estado español y de los capitanes de los buques que navegan bajo bandera española respecto a la búsqueda, rescate, prestación de auxilio y traslado a un lugar seguro tan pronto como sea razonablemente posible que las personas que se encuentren en una situación de peligro en el mar, independientemente de la nacionalidad o condición en que se encuentren y de las circunstancias en que se hayan encontrado en el mar. 

Tenemos una actuación de la policía que ha quebrantado las leyes de extranjería, Derecho del mar y uso de material antidisturbios. Aparte de que los responsables no han mentido más veces porque no han dispuesto de un día de veintiocho horas. 

Seamos sinceros, la situación en las fronteras es complicada de cojones. Reprimir los movimientos migratorios es tan necesario, como cruel y medianamente inútil. No es que no se tenga que hacer, pero se tiene que hacer bien. Bien de verdad. Aquí alguien dio una mala orden, la policía actuó mal y el resultado fue que muchas personas murieron. La policía no es el demonio, pero negando este tipo de responsabilidades empieza a serlo.

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