lunes, 24 de junio de 2013

La economía es la ciencia más difícil.





Analizar con precisión y certeza cualquier fenómeno económico es prácticamente imposible. Al lado de eso, los problemas de física, biología o matemáticas son veras bagatelas. Tomar la economía como una ciencia es un jodido reto imposible. ¿Cómo sobrevivimos los economistas ante tal obstáculo? Bajo el simple mecanismo de no tener ni puñetera idea de lo que hablamos. Si alguien te dice que estudiar la economía es un imposible deberías creerlo, pero empieza a sospechar si en las siguientes cuatro frases no ha admitido su completa incapacidad para hacerlo.

La economía puede fácilmente explicar qué salió mal en el pasado, el pasado se nos da genial, amamos el pasado con toda nuestra alma; es en el presente y en el futuro donde tenemos problemas. Eso es porque cuando el ciclo económico que queremos estudiar ha terminado todas las variables están bien definidas y claras y es cuando se puede trabajar con ellas. 

Lo bueno que tienen las ingenierías y a grandes rasgos cualquier rama de la ciencia dura en general es que los datos, una vez descubiertos y verificados, tienen la agradable costumbre de quedarse ahí, sin cambiar. Tiene que costar bastante calcular [inserte aquí problema científico de nombre complicado y explicación imposible], pero una vez que lo haces la solución se queda ahí, más o menos para siempre. La fórmula para crear agua oxigenada no cambia con el paso de los años. El punto de esto se resume en que "las partículas no leen libros de física".

En cambio cuando hablamos de economía estamos hablando de las personas y sus intercambios, y las personas son impredecibles hasta decir basta. Uno de los ejemplos más claros de ello es lo que llamamos la Profecía autocumplida; la cual se puede definir como aquella predicción que, una vez hecha, es en sí misma causa de que se haga realidad. Pongamos que el Fondo Monetario Internacional quiere rescatar un país y dice que si no hace una serie de reestructuraciones recibiendo dinero de sus fondos se verá abocado a la quiebra. El país no tiene por qué quebrar, pero el mero hecho de que el FMI anuncie su posibilidad hace que se entre en el país en un pánico bancario que haga que se cumpla.

Otro ejemplo es el concepto de animals spirit, que se basa en que las personas no nos movemos por pensamientos racionales, sino por impulsos de masa incapaces de controlar o definir. Cuando las cosas van bien es imposible que haya una crisis y la gente invierte como loca; por el contrario, si van mal, nadie se animará a invertir porque la economía no va a remontar jamás. Todos nos hemos llevado las manos a la cabeza con las burradas que se hicieron con la burbuja inmobiliaria, pero esa bola de problemas crecientes era muy difícil de parar.

Además de que nunca se va a saber cual es la situación real de tu economía. Digamos que existen dos tipos de crecimientos, el crecimiento real y el crecimiento cíclico. En términos sencillos digamos que tú tienes que ganar 5 Parabellums (la moneda oficial de la sección de economía de Mente Enjambre) al año, ése es tu crecimiento real. Pero hay veces que ganas 3 y hay otras veces que ganas 8 (crecimiento cíclico, que varía, hay veces que ganas menos por estar en crisis y otras que ganas más por estar en auge). ¿Qué pasa si un año ganas 4 y acudes a un economista? Pues que no va a tener manera de saber si es que estás en una parte del crecimiento cíclico de crisis, o es que las condiciones han hecho que tu crecimiento real haya bajado a 4. Y esto es importante, porque si resulta que ahora el crecimiento real es 4, y pensamos que debe estar en 5 y por ello producimos medidas de estimulo, lo único que vamos a conseguir es crear una inflación del carajo además de posibles burbujas.

En resumen, las personas son impredecibles y es imposible estructurar una ciencia sin datos definibles. Puedes preguntarle a un arquitecto cómo crear pilares base para que un edificio aguante, pero por dios no nos preguntes cómo reducir el déficit estimulando la inversión esperando una respuesta clara, concisa y 100% fiable. 

Odio las ciencias sociales.


Monsieur le Tupé.

5 comentarios:

  1. ¿Te suena de algo el término estocástico? O mejor aún, ¿sistemas lineales? Hace tiempo me hacía un chiste Pepe Puertas de acero cuando sufriendo yo le dije "tengo que estudiar Sistemas Lineales" a lo que él me contestó "alégrate de que no sean no lineales".

    Creo que has englobado a las ciencias duras demasiado rápido dentro de patrones deterministas y no tienen por qué tenerlos.

    No obstante, sí, la economía es imposible de predecir ;)

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  2. Me he colado bastante exagerando el determinismo de otras ramas de la ciencia, eso si. Pero, no se muy bien explicarlo, el caso es que se sabe con más certeza las cosas inciertas.

    El caso es que ante un mismo problema la economía socialista y la economía capitalista te dan una solución diametralmente dispuesta, aun sin entrar en consideración el azar de la solución. Los sistemas no lineales son no son determinadas, pero más o menos hay acuerdo sobre los límites de esa inexactitud. Aunque claro, las discusiones sobre teorías físicas, matemáticas etc son cosa muuuy grande.


    El caso es que analizar la economía como una ciencia es un asco, no me extraña que los políticos decidieran hace mucho dejar de hacerlo. =P

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  3. Yo voy a empezar la carrera por primera vez. Estoy nervioso.

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  4. mierda, ¿y ahora qué estudio?

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    1. Estudia un profesorado de Ciencias Administrativas, podrás encontrar trabajo tanto en la docencia, como de forma personal. Igual el nivel de dificultad será un poco menor que el de la Universidad pero te garantiza un futuro algo más estable

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