miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cine y publicidad: santo y seña navideño (I)



Son momentos un tanto aciagos para las siempre tan señaladas fechas navideñas. A los recortes en luces, fuegos artificiales y dragones parlantes a los que estamos siendo sometidos, ahora el mismísimo Benedicto XVI hace honor a su pseudónimo, y cual Papa de tal siglo, ataca profundamente a los siempre piadosos súbditos que hemos sido los españoles, especialmente a nuestros belenes. No sólo no se ha conformado con renegar de los históricos buey y mula, sino que insinúa que los Reyes Magos probablemente no vengan de Oriente (sigo sin pillar que Baltasar provenga de tierras más orientales que Judea, pero eso es otro cantar), sino de Andalucía. De un plumazo se cepilla una tradición que ha sido llevada a rajatabla en España durante años, como buenos cristianos que somos.

Ante tal ataque a la tradición de los belenes, uno se puede plantear muchas cosas: ¿sus majestades de Oriente podrían tal vez acudir con la bufanda del Betis a los "nuevos belenes" papales? ¿Son votantes (al menos dos de ellos) del PSOE, entonces? ¿Tienen algún tipo de parentesco con Julio Anguita o el cordobés? ¿He de suponer que los camellos que montan los reyes son de Andalucía? Porque yo había oído de la caballería andaluza, y del toro andaluz, pero nunca de los camellos andaluces (no seáis malpensados, cualquier relación con señores que pasan droja será casualidad). Si analizamos estos absurdas reflexiones, llegamos a la conclusión de que los Reyes Magos parecerán más una figura de la baraja de cartas española que los exóticos portadores de oro, incienso y mirra que todos tenemos en mente. Con esto no quiero más que significar que cada cual puede tener su propia visión de la Navidad, por lo visto incluso el Papa (nunca podrá quitar de los belenes españoles al tío cachirulo, eso seguro). Yo, por ejemplo, desde que vi "La vida de Brian", de los Monty Python, no puedo imaginarme el nacimiento de Cristo de otra forma que no sea esta:


Ante tal despliegue de genialidad satírica, mi mente no podía recuperar la imagen que tenía sobre el nacimiento antes de ver este absurdo, e igual que a mí me marcó esta escena, el respetable podrá asociar la Navidad al cine de una forma u otra, pues las películas no hacen otra cosa que representar una realidad que puede estar más o menos relacionada con nosotros, pero indudablemente en estas fechas siempre se han hecho películas basadas en la amistad, el amor, la soledad, el distanciamiento o simple y llanamente el bizarrismo más puro y duro, valores y situaciones que todos conocemos. Vamos, que hay películas que se adaptan al paladar de cada uno. A continuación, unas cuantas películas navideñas dignas de recibir un vistazo:


1 - Qué bello es vivir (1946) de Frank Capra.

Preciosa historia sobre la vida de un hombre sordo de un oído, George Bailey (James Stewart) que hereda la corporativa de préstamos de su padre, en un pequeño pueblo de los "Estados Juntitos" de América y que tras una serie de catastróficas desdichas, cree que su vida está vacía. Entonces un ángel (con el objetivo de ganarse unas alas) le mostrará cómo sería la vida en ese pueblo si él nunca hubiese existido. Una película de las de toda la vida, con partes dramáticas pero tono cómico y positivista en general. La mayor parte de la trama tiene bastante que ver con la realidad actual: gente sin dinero que malvive explotada por el cacique local, quien controla el banco. Pero el protagonista de esta historia se erige en una suerte de Robin Hood de los banqueros, otorgando préstamos sin buscar el beneficio propio, sino el del solicitante. Es un film emocionante, por la alegría que desprende cada uno de los personajes, y con un final que te hace ver que con las grandes amistades se puede llegar adonde se quiera. Y que no siempre tienen que ganar los malos, que ya está bien.


2 - Plácido (1961) de Luis García Berlanga.
 
Esperpéntica comedia ibérica dirigida por el maestro por excelencia del costumbrismo nacional. Una auténtica crítica velada de la sociedad de clases del franquismo, en la que con motivo de la Navidad, una empresa de ollas patrocina una gala benéfica bajo el lema "siente a un pobre a su mesa", atrayendo a la burguesía local con el reclamo de actrices como Carmen Sevilla, que supuestamente acudirán con el pobre a la mesa, y por supuesto nunca aparecen. Mientras tanto, el protagonista, de nombre Plácido, se ve envuelto en todo este embrollo, pues lleva para el desfile de la gala un motocarro con la estrella navideña, motocarro que tiene que pagar a plazos y no puede. Un argumento de lo más disparatado y esperpéntico, que bajo el tono de comedia negra de clases nos muestra la realidad tal y como es, dura y directa: una España en la que los burgueses tenían la poca vergüenza de limpiar su conciencia con esta surrealista campaña, para el resto del año seguir con el elitismo habitual. Increíble, por cierto, la inutilidad de los censores franquistas, pues habría que estar ciego para no ver tamaña crítica a la sociedad. Aunque claro, quizá ahí resida la maestría de Berlanga: mostrar la realidad de manera graciosa como despiste, y a la vez criticar el panderetismo nacional imperante .



3 - Pesadilla Antes de Navidad (1993) de Henry Selick.

A pesar de lo que mucha gente piensa, esta película no fue dirigida por Tim Burton, sino producida. Aunque claro, mete mano por doquier, eso es obvio. Esta famosísima película animada nos cuenta la historia de la ciudad de Halloween, donde la estrella del rock del susto es Jack Skellengton, un muchacho calavérico que se siente vacío y triste, y accidentalmente descubre la Navidad. Entonces decide realizarla en su tenebrosa ciudad, ante lo que los habitantes se muestran entusiasmados. Los resultados son muy eróticos: prácticamente sabotean la Navidad de ese año. Los pobres monstruos de Halloween, a pesar de sus bondadosas intenciones, lo hacen todo horripilantemente mal, aterrizando a los niños con regalos tenebrosos. Con esta película Tim Burton inicia su buen hacer en proyectos en animación de stop-motion, animación particularmente coñazo costosa de hacer, y todo un mérito que añadir al film. Imprescindible para quien no la haya visto.


4 - El día de la Bestia (1993) de Álex de la Iglesia.

La mejor película hasta la fecha y la que dio fama al ex-director de la Academia de Cine española, alzándose con el trofeo de Goya a mejor director, es este relato ambientado en el día de Nochebuena de 1993, en el que un cura y un heavy se lanzan a la búsqueda del Anticristo, que está pronosticado que nazca la misma noche que Cristo, y en Madrid. Una Madrid con tintes apocalípticos, donde un grupo de vándalos, bajo el lema de "Limpia Madrid", se dedica a incendiar y a lisiar a palizas a todo aquel que no sea blanco y madrileño. Crucifijos gigantes aplastando sacerdotes, los Reyes Magos tiroteados en la calle Preciados mientras reparten regalos a los niños, tarotistas italianos y un épico descuelgue desde el letrero Schweppes de Callao son algunas de las disparatadas situaciones a las que asistimos en esta macarra comedia negra, que ataca directamente algunas tradiciones ibéricas. Ideal para partirse de risa con los colegas.


5 - Love Actually (2003) de Richard Curtis.

Sí, efectivamente, es una noñería, un pastel de dulzura que explota por el sobrecargo empalagoso y amoroso del que hace gala (sobre todo en el tramo final), pero es muy entretenida. Una película de historias cruzadas relacionadas con el amor y la amistad, ambientada en la Nochebuena londinense, obra del director de "Notting Hill", "Bridget Jones" o la genial "Cuatro bodas y un funeral". El mayor acierto del film es ver  prácticamente a todos los actores británicos de moda en su día, a saber: Hugh Grant, Colin Firth, Emma Thompson, Alan Rickman, Bill Nighy, Liam Neeson, Keira Knightley, Rowan Atkinson e incluso protagoniza una historia el por entonces desconocido Martin Freeman ( Bilbo Bolsón en "El Hobbit"). Vamos, que aquí el actor británico que no tuvo aunque fuera un papelillo es que estaba representando alguna obra shakesperiana en la conchinchina, o estaba castigado en su casa sin amigos. Para el recuerdo varias escenas como el baile del primer ministro, interpretado por Hugh Grant, en el 10 de Downing Street al son de Jump for my love o alguna que otra perla que nos deja Bill Nighy, haciendo de vieja estrella del pop: "Niños, no compréis drogas, convertíos en estrellas del pop, os las darán gratis". Una película para ver en familia y con unos cuantos gags desternillantes.


6 - El señor de los anillos (siglo XXI) de Peter Jackson

Llegados a este punto el querido lector se asombrará al ver esta película en una lista sobre cine navideño. ¿Qué pretenderá este tío poniendo esto?- Será lo normal que piense un ser racional. Antes de ser arrojado a los fuegos del Monte del Destino, he de decir en mi defensa que si se observan las fechas, la primera entrega de ·El señor de los anillos" se estrenó en 2001, dando la bienvenida al nuevo siglo y al nuevo milenio, en fechas navideñas. Los dos años siguientes se completó la trilogía del anillo en idénticas citas navideñas. Y no se queda ahí la cosa, sino que ahora se nos viene encima otra trilogía de precuelas, basadas en el libro "el Hobbit", por lo que con las fechas encima de la mesa, vemos que en 2014, de las 14 navidades que haya cumplido el siglo, 6 de ellas habrán estado pobladas por hobbits, enanos, elfos, trasgos, trolls y demás criaturas fantásticas. Vamos, que (por lo menos en estos años que nos ha tocado vivir) Navidad será sinónimo de señor de los anillos. Ni que hablar de las reposiciones de las películas que ya se están haciendo en televisión y se harán en las navidades que están por venir. Así que, aprovechando la coyuntura del estreno de "el Hobbit", animo a todos a repasar la épica trilogía, que nunca está de más.

Hasta aquí la recomendación de películas navideñas que hay que ver. Como veis, hay para todos los gustos, así que quien no haya visto alguna, no tiene excusa. Además estas fechas son las más indicadas para pasar tiempo con la familia, y qué mejor nexo de unión del núcleo familiar que el séptimo arte, tras las barbaridades gastronómicas a las que nuestro buche se ve sometido. La semana que viene, Dios mediante, regresaré con publicidades navideñas varias: anuncios polémicos, retrospecters, chapuceros y alguno que otro que parece haber salido del mismo Hollywood. Si la humanidad mantiene la compostura y con la excusa del fin del mundo las naciones no empiezan a lanzarse cabezas nucleares cual partido de tenis, traeré lo prometido, amén de otras indiscreciones sobre Homer Simpson.

Pero eso es otra historia.

5 comentarios:

  1. El Día de la Bestia es una película para ver todas las navidades y con gusto además.

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    Respuestas
    1. La escena de Santi Segura con la recortada en la calle Preciados abarrotada de gente es Dios.

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  2. Pesadilla antes de navidad obligatoria, la banda sonora es genial =)
    Navidades terrorificas xD

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  3. Pues me quedo con "que bello es vivir", bastantes pesadillas tenemos en el fia a dia...

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