sábado, 5 de octubre de 2013

Recomendaciones cinéfilas 2013: Gravity



El espacio, esa nada, ese todo, inexplorado en su práctica totalidad, en el que si la tierra es una mierda comparada con todo, imagínate ya el ser humano lo que es. Miles de millones de veces más insignificante que un ácaro en un sofá, por decir alguna cifra lejanamente aproximada. Pues existencialismos aparte, esta apasionante realidad que está más allá de la atmósfera que nos permite la vida, ha sido llevada al mundo del cine con maestría en contadas ocasiones. Que me vengan a la cabeza recuerdo aquel viaje a Júpiter en el que la tripulación tiene un grave problema con la tecnología en su búsqueda del origen de los monolitos que acontece en 2001: Una Odisea en el espacio, y las desventuras de la nave Nostromo por la presencia inesperada de un espeluznante octavo pasajero en la primera entrega de la saga Alien. Aquello de Nadie puede oír tus gritos en el espacio, ya saben.

Fíjese, querido lector, que me remonto a películas que ya tienen unas décadas, concretamente Odisea es de 1968 y Alien de 1978. O sea, que tienen ya su poso temporal, o lo que es lo mismo, que en aquellos tiempos esto de los efectos especiales no estaba todavía muy desarrollado, se hacía todo con maquetas que conseguían engañar a nuestros engatusables ojos. Parece mentira que con los años de era digital, de Apple, de tecnologidas súper avanzadísimas y artefactos mágicamente demoníacos que poseemos, no haya nadie que haya hecho una película de ciencia-ficción ambientada en el espacio en condiciones, y entiéndase por condiciones, una digna sucesora de las dos anteriormente mencionadas.

Bueno, pues Gravity, de hecho lo es. Narra el viaje espacial que es intentar regresar a la Tierra cuando por un desgraciado accidente os quedáis tú y tu compañero arriba, sin posibilidad aparente de bajar, salvo proeza épica. Lo curioso de Gravity es que está ambientada sobre la Tierra, a 600 km de altura, lo que hace que no sólo nos fascine el espacio, sino también la majestuosidad de nuestro planeta. De verdad que sólo por los planos que se nos presentan con los protagonistas con los que empatizamos, y nos agobiamos incluso más que ellos, ya merece el precio de la entrada. Pero la espectacularidad, por suerte, no es el único punto fuerte de la película, y ahí reside su magia. Gravity es, como toda película de ciencia-ficción que se precie, un drama humano que nos habla de cómo superar nuestras fronteras, de cómo agarrarnos a ese clavo ardiendo que es la vida, cuando todo está perdido.

Y este drama está sujetado por solamente dos actores, que lo dan todo para que lo que veamos sea creíble, y vaya si lo consiguen. Se trata de George Clooney (no, no se toma un Volluto en el espacio), y Sandra Bullock, una actriz que no me convence en casi nada, que no me gusta, pero que en Gravity me encanta. Todo ésto está tejido por ese excelente director que es Alfonso Cuarón (quien no lo crea que revise Los hijos de los hombres), cuyo mérito es mayúsculo, teniendo en cuenta el posible patinazo que puede ser tenernos hora y media con dos personajes solamente. En definitiva, una película que hay que ver sí o sí, pero en el cine obligatoriamente. ¿En 3D o en 2D? Eso ya no lo sé, pero la experiencia que tuve en 2D es de las más fuertes que he tenido en un cine. Por supuesto, el que opine lo contrario, tiene todo el derecho del mundo a contradecirme en los comentarios, como siempre.

1 comentario:

  1. El 3D de esta película es sencillamente acojonante. Quizá no se lleve premios a mejor película, pero desde luego la experiencia es inigualable.

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