Primero, me gustaría disculparme por mi ausencia estas dos semanas. He estado muy liado acabando el máster que estoy haciendo y me ha sido completamente imposible pasarme por aquí. Tengo que darle las gracias a mis compañeros de Mente Enjambre por su infinita paciencia y comprensión. Pero bueno, lo importante es que este viernes de julio he vuelto, es hora de que os cuente una curiosidad sobre la amnesia infantil.
Seguro que alguna vez os habéis preguntado por qué tenéis muy pocos recuerdos de cuando érais muy pequeños. Probablemente vuestros primeros recuerdos se remonten a cuando tuviérais 4 ó 5 años, pero son muy pocos aquellos que se acuerdan de cosas que les han pasado sobre los 2 o 3 años. Yo por ejemplo, la experiencia más antigua que guardo en mi cabeza fue el cumpleaños de una niña que había en mi clase de primero de preescolar, momento en el cual yo tenía sólo 4 años.
La explicación más reciente a este fenómeno afirma que es debido a que el hipocampo, que es la región encargada de archivar las experiencias recientes en la memoria a largo plazo, crece de una manera muy rápida durante los primeros años de vida. El hipocampo es el encargado de mantener ordenado nuestro almacén de recuerdos.
Esta región de nuestro cerebro es como un archivador enorme donde en cada una de sus páginas se indica en qué lugar está almacenado nuestro recuerdo. Lo que pasa en el cerebro de un niño muy pequeño es que cada día hay un caos, el archivador se hace más grande, las anillas se sueltan y las páginas se desprenden de él, olvidando dónde ha dejado el recuerdo, pero no el recuerdo en sí.
Volviendo al mundo real, esta maduración se traduce en que hay más neuronas, pero las antiguas no son capaces de restablecer los enlaces a los recuerdos antiguos. Esto no quiere decir que los niños pequeños sean incapaces de recordar, sino que sus recuerdos están condenados a desaparecer conforme su hipocampo madura con el tiempo.
Todo esto ha sido demostrado con ratones, cuyos bebés también exhiben una maduración del hipocampo tras su nacimiento. Se ha visto que son capaces de encontrar el camino de salida de un laberinto pero que, a los tres días, se olvidan de la solución que han encontrado. Sin embargo, si se le administra una sustancia que ralentiza el ritmo al cual se desarrollan las neuronas, son capaces de almacenar la salida del laberinto en su memoria a largo plazo.
Quién sabe, tal vez vuestros recuerdos no se hayan perdido, sino que tal vez sigan por ahí. ¿Cuál es la primera experiencia que recordáis?
Pepe "Puertas de acero" Pérez
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