viernes, 7 de junio de 2013

Hubble, el telescopio que fue miope

Tormenta perfecta de gases turbulentos en la nebulosa del cisne / NASAESA y J. Hester (ASU)

Corría el año 1990, el muro de Berlín ya formaba parte de la historia, Felipe González lo petaba en España y la agencia espacial europea y la NASA decidieron, sin prestar ninguna atención a los hechos anteriores, lanzar el que hasta la fecha de hoy es uno de los satélites más famoso de la historia. Queridos lectores, estoy hablando del telescopio Hubble, una máquina que fue diseñada para mirar las estrellas.

El telescopio Hubble sigue operativo (y lo que le queda) en la órbita baja de la Tierra. Siendo capaz de captar la luz en distintos espectros ha supuesto no sólo un gran avance en el ámbito científico, sino también en la divulgación de la astronomía. Probablemente la mayoría de fotos que hayáis visto del espacio las ha tomado el Hubble. Curiosamente, cualquiera es, en teoría, capaz de hacer uso del telescopio. Esto no quiere decir que mañana lo pida y al mes lo tenga, pero no hay restricciones ni de tipo académico ni gubernamental. Todo es cuestión de ponerse a la cola.

A todos nos encanta el Hubble, pero no todos sabíamos que su lanzamiento fue ensombrecido por una catástrofe: la criatura era miope. Para el que no lo sepa, la miopía es una enfermedad que se caracteriza porque la imagen situada en el infinito (el punto a partir del cual el ojo deja de medir las distancias) se proyecta por delante de la retina, en lugar de sobre ella, como debería ser. Por eso los miopes ven bien de cerca y mal de lejos, porque las imágenes lejanas no se proyectan donde deben, ocasionando una percepción borrosa. Una persona con miopía puede apañárselas únicamente viendo de cerca o poniéndose algún tipo de lente correctora.

El problema al que se enfrentaba el Hubble es que su enfoque siempre era lejano, hacia las estrellas, y seamos sinceros, es bastante complicado ponerle gafas a un telescopio a 600km sobre la superficie de la Tierra. En concreto, la afección de nuestro querido telescopio se debía a que uno de los espejos que empleaba su mecanismo se encontraba mal pulido. Lo que sucedió es que el espejo era 2.2 micrómetros más plano en relación a como debía ser (vamos, nada). Pese a todo esto, durante los primeros tres años de su misión, pudo tomar fotos de objetivos menos importantes. Algunas técnicas de procesado de imagen ayudaron, ya que se conocía exactamente el error presente.

Cúmulo de la galaxia Abell / NASAESA, CFHT, CXO, M.J. Jee (University of California, Davis) y A. Mahdavi (San Francisco State University)

En 1993 fue reparado y ahí sigue, mirando hacia el infinito. Esta no fue la única reparación que necesitó, pero sin duda es la más importante, ya que es un claro ejemplo de las implicaciones que tienen los pequeños detalles cuando se construye algo tan grande y valioso.

Pepe "Puertas de acero" Pérez

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