miércoles, 23 de enero de 2013

Recomendaciones cinéfilas 2013: Django Unchained


Ya ha llegado. Por fin está aquí. Tras tres años en los que los seguidores de Tarantino habrían vendido su alma al diablo por un pase al preestreno, llegó lo nuevo del director de Tennesse. Y es que, señoras y señores, esto es lo que ha conseguido el afamado director, que reconozcamos sus películas como 'la nueva de Tarantino', cosa no muy dada entre el gremio de directores (se me ocurren Spielberg, Scorsese y poco más), y más entre el de actores, que si la nueva de George Clooney, Bruce Willis, Matt Damon, Will Smith, etc. Porque reconozcámoslo, el cine de Tarantino es el cine de autor (es decir, aquel en el que una sola persona dirige y guioniza) más comercial que existe en este momento, ya que por muchas gamberradas que haga, la gente va a seguir yendo al cine sistemáticamente. Si tras la infame Death Proof consiguió excelentes resultados en taquilla con Malditos Bastardos, no hace falta decir nada más.

Como consecuencia directa del éxito que tuvo Malditos Bastardos, Tarantino pidió dineros a expuertas para realizar un proyecto que llevaba incubando prácticamente desde que nació: hacer de una vez por todas un Western. El bueno de Quentin es un fanático de las películas de kung fu en las que aparecen chinorris pateándose los traseros durante horas y que harían de cualquier ser humano que se precie arrancarse los ojos (él sabrá, para gustos están los colores), pero además es un apasionado del salvaje Oeste. Pero no estoy hablando de diligencias, ni de indios contra vaqueros, ni de John Ford o su actor fetiche John Wayne, me refiero a los spaguettis western, esas aventuras de tabernas y polvo en los ojos con marcado acento italiano rodadas en Almería. Ya saben, Sergio Leone, Corbucci, Agáchate Maldito, el Bueno, el Feo y el Malo y la bandera del género: Clint Eastwood y sus ponchos.

La predilección que Tarantino siente por el western se ha manifestado en sus anteriores obras. En Kill Bill aparte de sonar varios temas de Ennio Morricone que ya aparecieron en películas de la trilogía del dólar, cada vez que había un duelo los enfrentados se miraban con la misma tensión que los amantes del revólver. Si atendemos a la más reciente Malditos Bastardos, las referencias son tremendas: un grupo de judíos cortando cabelleras, partidas de cartas en bar con pistolas por debajo de la mesa o la escena inicial, entre otras. El propio Tarantino dijo que la quería llamar Once Upon A Time In Nazi Occupied France (es decir, 'Érase una vez en la Francia Nazi ocupada') como guiño al último spaghetti de Sergio Leone Once Upon a Time in the west (traducido en España como 'Hasta que llegó su hora' en otro alarde de imaginación abrazada al spoiler que tienen nuestros inútiles queridos traductores de películas y series). Vamos, que el hombre haciendo Django va a poder hacer lo que siempre ha querido.

En Django la historia es simple: señor alemán libera a chico negro esclavo, el cual tiene a su mujer también esclava en manos de un esclavista malo malísimo. Juntos de la mano emprenderán un viaje por la América sureña anterior a la Guerra de Secesión, actuando como cazadores de recompensas. Pero el señor Tarantino, como siempre, no se conforma con hacer un spaguetti western al uso y ya está. Con el trasfondo de esta América esclavista en la que en el Norte la gente está reduciendo su ano para gestar el New Yorker y en el Sur son bárbaros que atosigan a sus esclavos para que planten más y mejor algodón, tabaco y opio, el director de Knoxville a través de las vivencias de Django nos hace (y por primera vez) una crítica, en este caso del esclavismo. Aunque como siempre, hay reticentes a esta idea, como el director afroamericano Spike Lee que declaró que no vería Django por respeto a sus antepasados: “la esclavitud no fue un spaguetti western”- dijo.

El reparto es, básicamente, genial: el pilar básico del mismo es ese gran descubrimiento de Tarantino, el alemán Cristoph Waltz, un actor que se dedicaba a hacer films germanos de tercera fila y que sorprendió al mundo con su actuación en Malditos Bastardos. Tal fue su actuación que incluso los Oscar reconocieron su genial trabajo, algo inaudito para un actor que trabajase en una película tarantinesca. Waltz hace aquí prácticamente el mismo papel que en Malditos Bastardos con la diferencia de que aquí es muy bonachón, y en la otra era bastante retorcido. Le acompañan otros dos secundarios de auténtico lujo: Leonardo DiCaprio como malvadísimo villano, con una interpretación bastante lograda y Samuel L. Jackson como subalterno de Leo. Esta es la gran sorpresa de la película, ver al Jules de Pulp Fiction resurgir de sus cenizas para brindarnos una actuación soberbia como “negro blanco”, es decir, un liberto cuyo oficio es mantener en orden las tierras de su señor, y para tal actúa como un demonio contra sus camaradas raciales.

En definitiva, si bien Django no es la mejor película de la filmografía de Quentin Tarantino, sí que se muestra como un film bastante sólido, con los geniales diálogos de siempre, con notas de humor pero también con tensión similar a la que vivimos en Malditos Bastardos. Por supuesto hay varias escenas en las que la sangre hace su aparición habitual poblando los planos cual bidón de tomate frito recién abierto, así como la música cómica de siempre, con dos canciones de rap incluidas. Eso sí, para el recuerdo quedará la escena en la que aparece en una barra Franco Nero (el Django original) haciendo un cameo, y tras pedir un tequila, pregunta al Django actual por su nombre. Éste se lo deletrea, y le dice: la D es muda. Lo sé, contesta el otro. Fin de la escena. Bravo, Tarantino.


2 comentarios:

  1. Es muy cierto que es "la nueva película de Quentin Tarantino"; no en vano, así lo anuncian los carteles de la película, pues la productora sabe del tirón de esa frase. El problema es cuando dicho nuevo producto es notablemente inferior al anterior, que te quedas un poco... frío.

    Particularmente, Malditos Bastardos me parece una gran película. No su mejor pero casi casi la mejor (él mismo lo dice al final, "creo que he hecho mi obra maestra"). Y sí, Django es una buena peli, pero siendo "la nueva peli de Tarantino" esperaba bastante más, más aún con DiCaprio haciendo de malo (que lo hace bastante bien, todo sea dicho), y más aún teniendo el precedente que tiene.

    No sé, un poco muy frío me quedé yo >_<

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    Respuestas
    1. A mí me parece ligeramente superior a Malditos Bastardos, por lo menos más redonda. Malditos Bastardos pecaba de empezar muy bien, pero el desarrollo no está tan bien logrado como en Django. Eso sí, estas dos últimas de Tarantino nunca van a ser ni Pulp Fiction ni Reservoir Dogs.

      Lo que sí que es verdad es que la gente que se esperaba un western "tal cual" se habrá decepcionado, porque no es eso. Lo utiliza para contarnos una historia de aventuras sobre la esclavitud.

      Esta última Tarantinada está siendo bastante controvertida por lo visto, pero aún así es mejor que cualquier producción hollywoodiense al uso.

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