sábado, 23 de febrero de 2013

De qué va a servir un banco malo en España.




Tenía yo ganas de tratar las consecuencias de la creación de un banco malo en España desde que vi a nuestro Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decir hace un año que en nuestro país no iba a crearse esa institución. Fue escuchar sus palabras y pensar que tenía que seguir el tema en las noticias para ir informándome de su creación. El defecto congénito en habla que tiene nuestro Presidente (el síndrome de Rajoy) suele producirme ese efecto.

¿Y qué es un Banco Malo? Lo que con nombre técnico conocemos como Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) es una sociedad anónima que va a adquirir a los bancos y cajas sus activos problemáticos ligados con la burbuja del ladrillo. El organismo adquiere aquellos activos con alta probabilidad de resultar poco rentables para el banco, basados en hipotecas y créditos a personas con poca solvencia, para conservarlos hasta que pueda colocarlos ella misma en el mercado.

¿Por qué es necesario hacer esto? Porque la mala gestión de muchas entidades financieras ha llevado a que cuenten con unos activos de mierda en sus balances. Explicado de manera profana: supongamos que tú como banco tienes 6 millones de euros y 8 millones en deudas asociadas a prestamos hipotecarios fiables, tus activos están en 14 millones y quien le echase un vistazo podría comprobar que tienes capacidad para hacer frente a tus deudas (más si existe una situación donde la deuda está avalada por hipotecas de viviendas que se pueden vender). ¿Pero qué pasa si se han gestionado durante 20 años los préstamos que concedías en base a la filosofía de activos de mierda?. Aunque en tu balance tengas reflejado préstamos y propiedades por valor de 14 millones, esos activos valen una puta mierda en la realidad: los préstamos porque tienen una alta posibilidad de impago y las propiedades porque su valor se ha devaluado y no hay nadie que te las vaya a vender. Vamos, que en la economía real tus 8 millones de deudas se convierten en 2.

¿Habéis coleccionado alguna vez algo? El mecanismo es más o menos el mismo, si te gastas 100 euros en un conjunto de sellos del Frente Judaico Popular lo normal es que digas que tienes una colección con un valor de 100 euros. Hasta que descubres que el Frente Popular de Judea ha instaurado un régimen de opresión y maldad y ni siquiera puedes vender tus sellos por el riesgo de ser calificado de disidente. Entonces te podrás engañar todo lo que quieras hasta que llegue el momento de pagar deudas donde descubrirás que tu capital es... eso, activos de mierda.

Esta es la explicación de por qué el flujo de crédito está detenido en España, porque los bancos están mintiendo en sus balances intentando digerir las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, lo que en añadido ocasiona que los inversores se lo piensen dos veces antes de depositar su dinero en un banco o caja de ahorros español porque, ¿cómo pueden realmente saber si son solventes si gran parte de sus activos están mal valorados?

Ante esa tesitura actúa el banco malo. Compra con fondos públicos los activos tóxicos de los demás bancos para liberar a las entidades financieros de la posibilidad de una insolvencia a corto plazo, permitiendo que puedan ejercer sus funciones respecto a la fluidez del crédito concediendo créditos e hipotecas, a la vez que se despeja la incertidumbre sobre sus cuentas (porque toda la basura ya se la lleva la Sareb). El principal objetivo de este tipo de bancos es el de proteger el sector bancario y de esta manera reactivar la situación económica actual de España.

Para que la distribución de pérdidas sea compartida, el banco malo comprará a las entidades financieras los activos de los que quiera desprenderse con un descuento medio del 63,1%. A saber, pagará:
  • Por las viviendas nuevas un 45,2% de su valor.
  • Por las promociones sin terminar un 20,5% de su valor.
  • Y por los préstamos a los promotores un 54.4% medio de su valor.
Con ello, al tener que traspasar los activos a un precio inferior al que los tienen en cartera, los bancos y cajas asumirán una pérdida. Pero a cambio liberarán capital y se desprenden de activos problemáticos, lo que les sale muy a renta. Y en muchos casos puede ser el chollo de su vida. Puede que en algunos lugares la inversión inmobiliaria no fuese tan mala idea, pero hay casos donde la burbuja ha dejado absolutas y horripilantes extensiones de cemento invendibles en el territorio español. Ceder un activo por la mitad de su valor parece doloroso hasta que te das cuenta que ese activo vale solo un 10% respecto a su precio original, o que directamente no vale nada porque nadie va querer comprártelo nunca. 

Así que las entidades bancarias hicieron mal sus inversiones y ahora el Estado quiere ayudarlas a que sus balances no les lleven a la quiebra. ¿Y quién va a poner el dinero? En términos resumidos serán el FROB (oséase, los contribuyentes españoles a través de las arcas del Estado), otros bancos no intervenidos y las aseguradoras. Lo que plantea una curiosa contradicción: se pide que los Bancos inyecten liquidez en la economía, pero a los que están en condiciones de hacerlo también se les demanda que en vez de hacer lo primero pongan capital en el banco malo.

Pero aquí lo importante es que con el déficit tan apabullante que tenemos, origen de recortes y aumento de impuestos, se le va a pedir a la gente que rescate a los bancos. De hecho, se le va a pedir a la gente que está ahogada con sus hipotecas, o directamente embargadas y con una deuda enorme, que eche una mano a los bancos que no les dejan dormir por las noches. Es fácil entender la mala ostia general, sobre todo porque una parte del problema (las familias que se sobreendeudaron) están haciendo frente a sus deudas y a lo imprudente de sus decisiones, mientras que todos esos directivos que autorizaron las operaciones de crédito parecen estar blindados contra la crisis (algunos hasta han salido beneficiados).

¿Empezamos a quemar ya los bancos con los banqueros dentro, paz y gloria incluida? Lamentablemente no. Como ya he explicado antes, la economía necesita un sistema financiero sólido que permita distribuir el capital entre ahorradores y demandantes de crédito. Independiente de que sea de justicia, esto es una maldita necesidad si no queremos morirnos de hambre. Por lo que me inclino por aplaudir la medida, con una sonrisa tensa fruto de apretar los dientes, por ser un mal necesario. No es algo de lo que nos podamos librar: España necesita unas instituciones financieras fiables. Lo que por cierto no está en contra de buscar y castigar a los culpables de que ahora tengamos que ir rescatando bancos (es jodidamente perniciosa la dinámica de actuación de las instituciones financieras basada en el hecho de que sus dirigentes saben que es imposible que los dejen quebrar). 

Y por otro lado, está la cuestión de que cómo y a qué precio se van a dar salida a los activos que se compren. 

El cómo es sencillo: la Sareb llegará a acuerdos con promotoras, entidades financieras o páginas webs especializadas para que se encarguen de dar salida a los activos. El particular no podrá acudir para adquirirlos.

El precio, por el contrario, si presenta una dualidad de elección de esas que tanto les gusta a los economistas (una opción conlleva el sacrificio de la otra). El gobierno ha afirmado que el banco malo tendrá una rentabilidad sobre sus recursos propios del 15% anual. Es decir, se quiere vender los pisos y promociones al mejor postor, sin ninguna prisa para obtener el máximo beneficio. En palabras de su presidenta: "Nuestra intención no es destruir el mercado. Vamos a vender los activos en el momento que consideremos óptimo y no vamos a perjudicar al mercado". La consecuencia más inmediata es que al mantener con dinero público unas propiedades sin vender los precios seguirán sin ir hacia la baja. 

¿Cuál es la otra opción? Que la Sareb venda barato. Hay una gran parte de la población que vive indignada por el precio de la vivienda, que a todas luces está inflado. Si el banco malo se desprende de sus activos a unos precios más acordes con el precio real de mercado en vez de quedarse pasivo con intención de mantener artificialmente los precios, la libre competencia forzará una disminución de los precios generalizada. Muchas personas estarían contentas con esa medida, a pesar de su consecuencia directa: al vender por debajo del precio de adquisición el Estado estaría asumiendo más pérdidas todavía (más déficit, más carga para nosotros).

La disyuntiva entre mantener los precios y seguir negando el acceso a la vivienda, y vender barato a costa del déficit es difícil de ponderar. El Gobierno ha optado por la primera opción (aunque vete a saber lo que hará realmente), pero en mi opinión una ligera ayuda para que los precios bajen estaría bastante bien. Hola, somos todos los jóvenes de España, por favor, de verdad, queremos salir de la casa de nuestros padres.


Monsieur le Tupé. 

1 comentario:

  1. Me satisface mucho comprender los entresijos del sistema económico actual y por ende del banco malo, todo ello en base al vil metal (DÓLAR) que está viciado de base y se retroalimenta a si mismo. Creo que un experimento de algunas corporaciones locales consistente en el trueqe del tiempo por servicio, paliaría en parte el drama del paro y de los desahucios generados como efecto colateral.
    En cualquier caso siempre es importante en mi humilde opinión, anotar las fuentes bibliográficas para confrontar y enriquecer tu artículo.
    Santi Nieto

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