viernes, 29 de marzo de 2013

Júpiter ¿héroe o villano?

¿Qué influencia tiene Júpiter sobre nuestras vidas?


Zeus, el dios entre los dioses, Júpiter, el rey del Olimpo. Conocido por su ira y su trueno, pero también por su compasión hacia los mortales. El Júpiter de nuestra parcela del Universo es un gigante gaseoso que se encuentra más allá de la órbita de Marte. Es tan masivo que por sí solo acapara más del doble de la masa combinada del resto de planetas, pero ¿qué influencia puede tener un cuerpo tan lejano sobre nuestras vidas? La respuesta está en el cinturón de asteroides.

El sistema solar y el cinturón de asteroides.
El cinturón de asteroides es una región comprendida entre la órbita de Marte y la de Júpiter, en la cual se encuentra una gran concentración de estos cuerpos celestes. Tiene su origen en la nebulosa que dio origen a los planetas y el Sol. Sin embargo, mientras que el resto de planetas si pudieron agregar materia para formarse, los escombros presentes en el cinturón se encontraron frente a un elemento contra el cual no podían luchar: Júpiter. El gigante, ya formado, tiraba (y sigue tirando) de la masa que, pese a que seguía girando alrededor del Sol, no podía agruparse para formar un nuevo planeta. No contento con esto,  se estima que la perturbación gravitacional joviana es la causante de que la masa total del cinturón de asteroides haya pasado de ser similar a la de la Tierra a parecerse más a la de la Luna.


Pese a que se nos haya hecho creer que el cinturón de asteroides es un sitio peligroso, esto no es así. No se parece en absoluto a la maravillosa escena en la que el Halcón Milenario, huyendo del planeta Hoth, esquiva a los destructores imperiales a través de un campo lleno de asteroides. Aún así, es cierto que las colisiones entre asteroides se suceden de manera frecuente (según la escala de tiempo astronómica) pero en general se trata de una región casi vacía, muy tranquila. De hecho, las sondas Voyager y Pioneer lo han atravesado en sus misiones más allá de Marte y no han sufrido problema alguno. Aunque la región sea dispersa, la distribución del número de cuerpos (en función de su distancia al Sol) tiene un aspecto inusual que se puede ver en la siguiente figura.

Distribución de asteroides en función de su distancia al Sol.
Los huecos en la gráfica se deben a la interacción que se da entre Júpiter y los cuerpos que orbitan en esas regiones. Cada cierto tiempo Júpiter se alinea con asteroides presentes en zonas concretas, de tal manera que coinciden sus periodos orbitales. De esta manera la influencia que ejerce este gran planeta es mayor que durante el resto del tiempo y se produce un "tirón", el cual aplicado periódicamente es capaz de desestabilizar la órbita de los asteroides presentes en esas regiones. Este fenómeno se denomina resonancia orbital y es el responsable de que en ciertas zonas del cinturón de asteroides (conocidas como huecos de Kirkwood)  el número de cuerpos decaiga drásticamente. 

Este tipo de resonancia se da cuando los períodos orbitales (el tiempo que tardan en rotar alrededor del Sol) de dos cuerpos cumplen una cierta proporción entera. Es decir, si hay una resonancia del 3:1, significa que el cuerpo que se encuentra en esa zona del cinturón de asteroides da 3 vueltas alrededor del Sol cuando Júpiter sólo ha dado una de ellas. Por tanto, cada cierto tiempo se alinean los cuerpos y la atracción gravitatoria es mayor. Esto hace que los asteroides que se encuentran en los huecos de Kirkwood, tras entrar en resonancia con Júpiter innumerables veces, vean su órbita desestabilizada, por lo que el trayecto que acostumbraban a seguir se ve modificado. El problema es que no salen de esas zonas para irse a otra región no resonante del cinturón, sino que tras innumerables perturbaciones el cuerpo acaba tomando una órbita elíptica que lo saca del cinturón (es un proceso muy lento, pero cada vez la órbita se vuelve más elíptica). En cualquier caso, todo asteroide que se encuentre en una zona de resonancia orbital tiene todas las papeletas para salir de ahí por las malas. De ahí que haya tan pocos asteroides en esas zonas. Han sido expulsados.

Si lo pensamos bien, Júpiter no es ni un héroe ni un villano. Si no hubiera impedido la formación de un planeta  entre su órbita y la de Marte, no sabemos si las condiciones para la vida en la Tierra habrían sido las mismas. Aún así los efectos de la resonancia orbital han ocasionado que más de un asteroide se haya visto catapultado hacia la parte interior del Sistema Solar, planteando (con una baja frecuencia) un problema para nuestro planeta.

Pepe "Puertas de acero" Pérez

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