domingo, 23 de diciembre de 2012

Villancico, evangelizador por rebote (I)


"Ya llegan las navidades y todo es paz y felicidad". ¿Cuántas veces alguien queriendo criticar o alabar las navidades habrá empezado con esa frase? Y está tan dentro de nuestras cabezas por la continuada repetición que se viene haciendo durante lustros. Ya vimos en el post de Almaciguero Mayor que las navidades pueden ser puñeteras, fantasiosas, o jodidamente vomitivas dado su alto grado de edulcoración; y es que en la música la navidad no se queda atrás, sino que su historia es infinitamente más dilatada aunque de ella solamente conocemos su corta vida actual; esos maléficos niños cantando y cantando por la eternidad... como si el diablo condujera sus voces, y que cuando parecen haber desaparecido entre el bullicio del "pásame las gambas", el "no seas rácano con la sidra" o el "me he vuelto a atragantar con las uvas", padre, madre, tío o abuela se levantan lentamente hacia el radio-cassette en un camino de infinita angustia en el que te quieres interponer, pero que irremediablemente llega a su fin cuando ese enajenado familiar tuyo, comprometido con el espíritu navideño rebobina la cinta para hacer volver los sonidos del averno.

Y esta historia se repite una y otra vez. Unas navidades que han sido conducidas históricamente por los villancicos. Los cuales son nuestro tema de hoy.

Hay villancicos navideños que datan del año 300. El villancico en su más puro término no es más que música profana, que como bien indica su nombre, canta a los divertimentos y a herejías entre otros temas. Entonces, ¿cómo se convirtieron en el santo y seña de la navidad, una fiesta puramente religiosa? El villancico a partir del siglo XV es cuando empieza a tener presencia en la música, pero en cuanto a la liturgia poco tenía que decir él, y menos aún con las pascuas. Por esta época los villancicos respondía composicionalmente a una letra ajustada a varias voces en armonía. En la primera mitad del siglo XVI esto cambia y empiezan a componerse villancicos para una sola voz, y es en la segunda mitad del s. XVI cuando damos respuesta a la pregunta, y es que la iglesia vio una oportunidad evangelizadora en esto de la música popular, y como en esta época los villancicos eran el pop comercial actual, se decidió encargar a una persona por iglesia el trabajo de componer villancicos para ser interpretados en las misas de mañana, sobre todo en la época navideña. En el s. XVIII comienza la debacle de este estilo, el cual es finalmente relegado a las celebraciones navideñas, por lo que se extiende al resto de composiciones con temática navideña la condición de villancico. Paralelamente, en la américa colonial el villancico tuvo efecto evangelizador, pues se compusieron piezas con estas estructuras pero añadiendo jerga y ritmos locales, vocablos indígenas, etc. 

Y esta es más o menos la verdad del villancico español, que como muchos estilos musicales van cambiando o son abrazos por ciertos ideales. Una curiosidad más, que sin embargo no afecta a esa gran industria estadounidense de canciones rojiblancas.

¿Pero qué clase de persona sería yo si viniera con los mismos villancicos de toda la vida? ¿Cuántas personas desearían pegarle fuego a esta bitácora si de aquí solo pudieran sacar lo que ya saben y ya han oído? Así que como el lector es el que mandael que escribe intentará contentarlos dándole otra visión de los villancicos, las mejores versiones que teniendo otros estilos tan variados como el flamenco, la salsa, el metal o el rock tienen la categoría inalienable de villancico, pues este estilo ya se pervirtió hace mucho y quien diga que Twisted Sister en su álbum A Twisted Christmas no hace villancicos sino que destroza clásicos con sus distorsiones infernales es que no sabe de que está hablando.

Así que cuidado amigo lector, no sabes cuando te puedes encontrar una coral adaptando el Papi chulo con caracter evangelizador.

Por tanto, si estais cansados de escuchar a niños castrados y voces demoníacas que os atragantan el rico cordero de nochevieja, podeis elegir vuestro recopilatorio conforme al estilo que más os guste:

  • JAZZ : Si queréis apuntaros un buen tanto con vuestras familias estas navidades podéis echar mano de este complicadísimo a la par que elegante disco de versiones jazzeras:



    Este otro está arreglado e interpretado por Ray Charles:

  • METAL: Para los más metaleros las versiones más duras:



  • FLAMENCO: Para los más rumberos es imposible permanecer quieto con estos villancicos. Ritmos frenéticos con mucho duende:


  • SALSA: Para quien no quiera una navidad tradicional una BSO divertida y bien compuesta. De la mano de David Montes tenemos una navidad con mucho "sabor". Los  villancicos mas clásicos con una adaptación magistral que les hace perder el cariz casposo que vienen arrastrando.



En la próxima entrega de música navideña haré acopio de las mejores y más singulares versiones. Prometemos como poco gatos comunistas cantando a la navidad. ¡Hasta la próxima!


Por Conde Chócula (Aresti)

2 comentarios:

  1. ¿El niño del centro tiene un moratón en el ojo por culpa del alegre y festivo padre?

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  2. Querido Conde creo que 'esconde' los maravillosos años de pandereta en los que corria feliz con sus hermanos y primos, aquellos maravillosos villancicos del casete de los abuelos que repetia hasta la saciedad y que cantaba mejor que ninguno... Usted Conde amaba el sonido de los niños cantores colocando el árbol y el Belén. Por ello creo que el "espiritu" de nuestros bellos villancicos a ritmo de lo que más nos guste (¿salsa?) Nos va a llevar siempre a la "navidad"... y que cada uno la interprete como quiera o la viva como pueda.

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